El sábado la lupe y yo visitamos el siguiente recinto del centro histórico para ver la exposición asesinos seriales.
Victoria y Revillagigedo a pocas cuadras del metro Juarez.
Hechos
1. La entrada, si no eres mocoso, estudiante, maestro o anciano, cuesta 40 pesos.
2. El importe del boleto incluye el préstamo de audífonos y reproductor digital que contiene una audioguía.
3. El recorrido dura aproximadamente 50 minutos.
4. La exposición consta de 13 montajes o dioramas.
5. Los asesinos seriales expuestos con muñecos de cera y escenografía muy políticamente correcta (que se contempla al grado del enternecimiento después de dedicarle más de 100 horas a los 4 Silent Hill, si uno es un gamer; si se es católico la inmunidad viene de adorar toda su vida a un cadáver crucificado) son:
a) Erzsebet Bathory,
b) Jack el Destripador,
c) John Wayne Gacy,
d) Albert Fish,
e) Andrei Chikatilo, no lo menciona la audioguía pero en este fulano está basada la película Citizen X en la que participan Stephen Rea, Donald Sutherland y el genial Max Von Sydow.
f) Charles Manson,
g) Ed Gein, y
h) Ted Bundy.
6. También hay un espacio dedicado a los asesinos seriales de Mécsico (no es un error de dedo, así dice la audioguía). De esos no hay figurita de cera, nomás hay fotomural. Destacan las Poquianchis (quien no sepa de qué van las poquianchis recomiendo que lea La Muertas de Jorge Ibargüengoitia que es una novela basada en esas célebres proxenetas de provincia), la recientemente famosa mataviejitos, los narcosatánicos que a tantos espantaron y siguen espantando y Goyo Cárdenas aka el estrangulador de Tacubaya (¿o era Tacuba?) famoso por ser un éxito de la rehabilitación.
5. También hay material familiar para aquellos fans de CSI, como tipos de heridas con arma blanca, arma de fuego, estrangulamiento, patrones de manchas de sangre y métodos para determinar la hora de la muerte de una víctima.
6. El material restante se lo dedican a la exposición de algunas formas de ejecución de pena capital, como la inyección letal, la cámara de gases (en la que está prohibida la entrada, snif) y la silla eléctrica.
7. No dejan sacar fotos.
Impresiones
1. El Centro Cultural Policial aunque en buen estado es un edificio que por fuera recuerda la casa de los horrores de la feria de Chapultepec. Adecuado para este tipo de exposiciónes. En cada esquina uno espera no que le brince encima un asesino serial de cera sino un polecía de carne y hueso, ay nanita.
2. El que me vendió los boletos tenía pinta y modos de ser parte de la exposición.
3. ¿Los audífonos los seguirán usando o los tirarán?
4. Lo que sí está del nabo es el sonsonete de Walter Mercado del narrador de la audioguía.
5. A los que vayan en pareja: el que se agandalle el reproductor puede jugar a arrear como res a su acompañante aprovechando que los audifonos no son wireless.
6. Hubiera sido más instructivo si la exposición incluyera participar en una autopsia.
Reflexión
Cuando recién anunciaron la inaguración de esta exposición en el DF, un periodista chayotero (al que me niego a mencionar por su nombre o por su pinchurrienta columna) en un intento por echarle caca a esta iniciativa cultural y al Gobierno del DF decía mutatis mutandis: "esta exposición es un atentado contra la cultura y sólo promueve el mal gusto y el morbo", concluía advirtiendo a sus lectores que no asistieran "pues este culto a la violencia sólo puede traer más violencia".
No sé a qué horas espera que se desate esa violencia ese periodista despistado, pero me alegra informar que del centenar de personas que estaban viendo la exposición cuando la lupe y yo fuimos ninguna terminó matando a su acompañante a la salida.
Me pone morado ese pseudoargumento mocho y censor consistente en que hay que evitar que una persona vea en lo que se tema que se convierta.
Offtopic
Me gustó este antiquísimo carrito policía.